Las mujeres de verdad tienen curvas, durante siglos el arquetipo d belleza ha ido cambiando hasta el punto que hoy en día se cree que es bello un pellejo de piel pegado a un cuerpo. Pero me niego a creer que la delgadez que tanto se lleva en estos días sea bella.
Porque en el fondo a los "hombres" les gusta la carne, las curvas, el contoneo, aunque la mayoría de ellos no se dé cuenta hasta pasados los 35 o 40, todo va en relación de la madurez del hombre y de su evolución como persona, por lo que debemos descartar a los futbolistas, cretinos y cuarentones con síndrome de Peter Pan, que últimamente abundan.
Pero chicas, los hombres de verdad aprecian nuestras curvas, las adoran y no ven nada retorcido en nuestros cuerpos. También es verdad que como está el patio la mayoría de los hombres de verdad tiene la edad de mi padre, y claro a veces nos sentimos ofendidas cuando observamos que la mirada de un señor brilla al nos, porque le recordamos a su juventud y a esa moza con la que se casó. Nuestras curvas son bellas, aunque nos obsesionemos con perderlas, son tan hermosas pero no nos damos cuenta de ello y a veces gritamos, lloramos nos peleamos con nosotras mismas porque tenemos un pequeño defecto de más.
Pero preguntaros que sería del mundo sin nosotras, sin nuestras curvas, primero que la natalidad se iba al pique, durante siglos las diosas de la fertilidad ha tenido curvas.
Curvas como la Loren, curvas como las nuestras. Así que hoy salí a la calle con ms curvas y mis tacones nuevos para seducir al mundo, me seduje a mi misma y aquellos que adoraban mis curvas antes de que yo me diera cuenta de lo hermosas que eran.
Adora los zapatos tacón, a ser posible alto, y eso que su gran diva llevaba siempre manoletinas.
La primera vez que lo vi, pensé que loco, tal vez no me equivocaba pero había algo en él, cierta elegancia que tiene algunas personas, aquellas dotadas con un don que no puede dejar de mirarlo.
Dicen que su locura es contagiosa y tal vez sea así, pero no me importa. El mundo está lleno de gente que cree que esta cuerda, que es perfecta, pero ellos son los más locos, los que de verdad dan miedo con sus vidas perfectas, sus coches perfectos, sus mujeres perfectas, su trabajo perfecto pero en el fondo están tan vacios, desolados y locos que son capaces de volverse locos si pierden algo de su vida perfecta.
Yo soy imperfecta por ello adoro la perfección de la imperfección, la elegancia de lo absurdo. La mayoría de la gente normal no es capaz de ver la elegancia de las pequeñas cosas, para ellos no tiene sentido pero algunos tenemos esa capacidad. Y él también lo tiene...
Los dos nos sentimos incordiados cuando vemos una mujer que no sabe llevar tacones, nos molesta a la vista; pero claro no todas las mujeres saben ser mujeres. A veces es difícil andar sobre 12 centímetros sin parecer un pato, pero es cuestión de espirité, de querer y sentir. Adoro los zapatos de 12 centímetros y no tengo más porque las caminatas recuperatorias matarían a más de uno por cansancio y porque prefiero dedicar mis pasos a alguien que sepa aprecierlos, como yo deseo, se lo que me digo...
La noche se está haciendo profunda y creo que es hora que lo deja aquí, pero antes de abandonarme a Morfeo me dejare mecer por la elegancia poética y exquisita de "Transmediterránea"... Buenas noches y dulces sueños....gracias por hacer lo simple elegante.
Todos alguna vez he tenido días en que el aburrimiento se apodera de nosotros, no sabemos cuándo ni porque pero pasa y cuando pasa los segundos parecen minutos, las horas días y todo nos parece tedioso.
El domingo fue uno de esos días en que todo me parecía tedioso y más si recuerdo los domingos de pascua de cuando era pequeña, donde empinar el cachirulo, saltar a la cuerda, comer la mona y romper los huevos duros por sorpresa estaban a la orden del día.
Estuve toda la tarde intentando hacer algo, pero era imposible concentrarme, me sentía como la persona más estúpida del mundo. G.Marx ,y después mi padre, decían que solo se aburren los tontos, así que me sentía la mujer más tonta del universo y cada vez que intentaba hacer algo me era imposible, así que ese día estaba tonta... Hoy me he dado cuenta que no podemos dejarnos llevar por los malos ratos porque la vida es efimera, porque estamos de paso y a pesar de ser tremendamente positiva hoy tengo sabor agridulce.
Ayer me dejo una pieza de mi ajedrez o una ficha de mi parchís o mejor dicho un capitán de navío de mi país de las maravillas., aunque era más como Jack Sparrow. La amistad se mide por intensidad del os momentos, y junto él todos tenían momentos intensos, quiero recordarle así como Jack y como creo que le gustaría con una gran fiesta...pero fiesta de verdad, estilo Eyes...así era él un capitán canalla, como Jack y como él surcará los mares de otros mundos y estoy segura que pondrá patas arriba el cielo o el infierno, el universo...
Esta vida es demasiado corta como para no vivirla, así que vamos a vivirla como le gustaría a él...