sábado, 26 de septiembre de 2015

Y de repente

A veces las cosas pasan porque si, sin esperarlas.

Cuando crees  que todo lo que me rodea es monótono,  cuando los equilibrios sobre la cuerda floja cuestan más.  

Cuando decido ponerme por fin la coraza y limitarme a respirar hasta que pase la racha; cuando las pequeñas cosas que parecen rutinas y  las buenas acciones se convierten en remake del graduado donde decido no caer.  

Cuando decido que las segundas partes nunca fueron buenas, a no ser que las hiciera un gran director y no hay ninguno en mi vida. 

Cuando se que un no a los demás, es un si  para mi pero no veo resultados, me doy cuenta que todo vale la pena.

La vida resulta sorprendente, porque es justo en ese momento cuando me sorprendo, y de repente no se porque algo me roba la sonrisa.  

Y descubro que las corazas no sirven para nada a no ser que seas un tortuga ninja predispuesta al ataqué . Yo siempre decidí dedicarme al amor y no a la guerra...

Es entonces, cuando me doy cuenta  que sonreír desde dentro, siempre fue bueno a pesar de los riesgos. Siempre habrá gente que te quiera vampirizar, algunos físicamente, y otros físicamente y psíquicamente. A algunos los ves venir de lejos, otros disimulan mejor. Y corres el riesgo de dejarlos pasar. Pero aun me queda algo de olfato para ver que siempre hay algo que vale la pena y que arriesgar es siempre mejor que nada.

Quien arriesga siguiendo su corazón a veces no gana, pero nunca pierde. 

Porque de repente, la realidad te depara algo que te hace sonreír , y porque nada ni nadie pasa por nuestra vida sin dejarnos nada.

 Aparece de la nada, dejando un sabor agridulce, donde nada depende ya de mi solo del destino que hizo que nos cruzáramos en el camino.

Porque los buenos momentos siempre estarán como las miradas, las medias palabras, las enteras  y eso nadie me lo puede quitar, mejor dicho nos lo puede quitar.

Antes del salto siempre aparece el miedo, pero a veces vale la pena saltar por el simple hecho de conocernos.

Como dice la canción de IZAL "que bien que te pusiste en medio"  





domingo, 13 de septiembre de 2015

Cinéfilos

En la distancia separados por kilómetros comparten noches de cine clásico. Devorando películas como si hacerlo fuera devorar al otro. Desnudando su alma cada vez que le toca elegir director o película , jugando a descubrirse a través de los diálogos que recuerdan a menudo de memoria pero temen recitar por no pecar de osados. 

Es la historia de un hombre y una mujer , la historia de dos amigos que se descubren gracias a una pasión compartida. 

Llevan simples vidas , uno en cada parte del mundo, pero bien sabemos que los kilómetros solo serán cuerpos no almas. 
Vidas que a veces duelen y mitigan su dolor en el refugio del otro, con sus quedadas cinematográficas.

Se encuentran todas las noches o casi todas y aunque a veces no queden para verla juntos cada vez que uno se pone el canal recuerda al otro aunque sea por un segundo.  
Es la historia de dos personas capaces de comprenderse sin mirarse a los ojos a través la fotografía del gran cazador, la magia del lector o el dolor purificador de incendies. 

La historia de dos personas que caminan por la cuerda floja como equilibristas,con miedo al vacío que producen los fantasmas del pasado , la historia que tiene un final por escribir. 

Donde solo ellos pueden resolver el misterio, donde sus vidas pueden convertirse en comedia o melodrama según el miedo que les de derribar los muros que los separan. 

Nadie puede desvelarnos el final , ni siquiera ellos que son esclavos de los acontecimientos de se escapan de sus dedos...