jueves, 25 de marzo de 2010

los vapores de la pintura


Llevo varios días curiosos, curiosos en diferentes sentidos, tengo visiones , o mejor dicho veo extraños personajes que parecen salidos de cuentos naif, películas de Fellini o Tati,cuadros de Dalí, una mezcla entre surrealismo y dadaismo,entre ficción y realidad, no sé si será mi imaginación, la resaca post fallas o tal vez los vapores de la pintura.

Tengo al pintor que piensa que es Michelangelo pintando la capilla Sixtina, lleva 48 horas para pintar 20 metros, aunque la verdad que por carácter recuerda más Rafael que cortejaba a toda la corte Medicea y se desperdiciaba talento con vulgares cortesanas. 

La cosa es que por una u otra circunstancia desde ayer mientras realizo mis actividades cotidianas se cruzan por mi camino singulares personajes, un presentador de circo salido de película de Fellini vestido de "pingüino", pajarita blanca, guantes blancos...; unos basureros acelerados recogiendo enseres y destrozándolos, literalmente, antes de introducirlos en el camión, que  engullía sin piedad sillas, patas de sillas, trozos de mesas, como si dicho camión tuviera vida y quisiera destrozar a añicos todo aquello que para alguien había dejado de tener valor...que vida no?
Pero lo más curioso, lo que de verdad me ha hecho replantearme si tenía visiones, es mi viaje en el metro y mi encuentro con una bruja con zapatos de bruja, eso sí bruja buena pero bruja. 

La verdad que parecía una institutriz moderna, como la maravillosa Mary Poppins, vestía con traje de pata de gallo de gamas marrones, un corte clásico, porte calcado a Mary, llevaba un bolso grande, era de pequeña estatura creo que para pasar desapercibida pero lo mejor de todo eran sus zapatos, aquellos zapatos que llevan las brujas en los cuentos, con hebilla  poco de tacón y una punta redondeada con una pequeña elevación.

Era tan mágica, que me he quedado absorta mirándola y entonces ella se ha vuelto, me ha mirado, había algo especial parecía que no quería ser sorprendida que deseaba pasar inadvertida por nuestro mundo y por un segundo me ha hecho, como cuando era niña, creer que tal vez la magia existe... ¿no creéis?

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