domingo, 13 de septiembre de 2015

Cinéfilos

En la distancia separados por kilómetros comparten noches de cine clásico. Devorando películas como si hacerlo fuera devorar al otro. Desnudando su alma cada vez que le toca elegir director o película , jugando a descubrirse a través de los diálogos que recuerdan a menudo de memoria pero temen recitar por no pecar de osados. 

Es la historia de un hombre y una mujer , la historia de dos amigos que se descubren gracias a una pasión compartida. 

Llevan simples vidas , uno en cada parte del mundo, pero bien sabemos que los kilómetros solo serán cuerpos no almas. 
Vidas que a veces duelen y mitigan su dolor en el refugio del otro, con sus quedadas cinematográficas.

Se encuentran todas las noches o casi todas y aunque a veces no queden para verla juntos cada vez que uno se pone el canal recuerda al otro aunque sea por un segundo.  
Es la historia de dos personas capaces de comprenderse sin mirarse a los ojos a través la fotografía del gran cazador, la magia del lector o el dolor purificador de incendies. 

La historia de dos personas que caminan por la cuerda floja como equilibristas,con miedo al vacío que producen los fantasmas del pasado , la historia que tiene un final por escribir. 

Donde solo ellos pueden resolver el misterio, donde sus vidas pueden convertirse en comedia o melodrama según el miedo que les de derribar los muros que los separan. 

Nadie puede desvelarnos el final , ni siquiera ellos que son esclavos de los acontecimientos de se escapan de sus dedos...

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