domingo, 22 de febrero de 2015

La poesía del horror

Descubrir películas siempre es apasionante y sobretodo si se trata de pieza desapercibidas por el gran público. 

Fue de casualidad el encontrarme delante con esta cinta ante mis ojos, a través de un whassap, de alguien que ama el cine y que de casualidad conozco.  Fue un acierto hacer caso a la casualidad y quedarme inmóvil ante semejante pieza que capturo toda atención desde el primer segundo. 

Estoy hablando de la dura y maravillosa cinta canadiense Incendies, dirigida de manera magistral por Denis Villeneuve, que adapta la obra de teatro homónima del libanés Wajdi Mouawad. 

Con una elección perfecta de la banda sonora donde destacan dos maravillosas canciones de la banda británica Radiohead, que calan aún más en el espectador.

La verdad que hacia tiempo que no encontraba ante algo tan estremecedor y hermoso a la vez. Para ciertas personas las belleza solo reside en la perfección clásica, pero en este caso horror es aterrador e increíblemente hermoso.

A mi parecer  Incendies te atrapa como una tragedia griega, los acontecimientos se suceden  de tal manera que a pesar del sufrimiento no puedes apartar la mirada. 

Como algo tan duro como la historia que nos narra el autor puede llegar a ser hermosa, me preguntaba mientras observaba la cinta con los  cinco sentidos. 

Desde el primer segundo te embarcas  con los personajes en su búsqueda, una búsqueda que se prevee dolorosa , desgarradora y cruel.  

La narración es impecable, la banda sonora, la fotografía, todo es poesía.  Ciertos planos podrían ser fotografías o cuadros , podría hablar de las guerras de hoy , ayer y mañana. Pero sobretodo podrían hablar de la paradoja entre belleza y horror.

La poesía del horror; del dolor; de la crudeza; de la guerra; de la esperanza y desesperanza; del deseo; de los ideales que llevan al desastre.

Porque a pesar del horror, hasta el golpe final es nacido del amor. Y tal vez eso es lo que hace aún más enigmático y maravilloso a este poema nacido del odio y de algo tan absurdo como la guerra, donde todos pierden y nadie gana.

 Donde quien busca acaba perdiendo la esperanza o topándose con una dura realidad que solo puede nacer de algo tan ridículo como el odio a aquel que es diferente.  

Porque a veces el horror nace del amor. 



Justo ahí es cuando descubres que aún hay esperanza.

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